INTRODUCCI�N

Es sin duda una labor atrevida el intentar ser fiel al pensamiento original de esta obra, no por la simple traducci�n de t�rminos de un idioma a otro, sino por la misma naturaleza del pensamiento vivo que en ella qued� impl�cito.

Algunos de los conceptos necesitan de una connotaci�n mucho m�s activa que los que acostumbramos a utilizar en Filosof�a, as� por ejemplo la expresi�n “el pensar” frente a “pensamiento” intenta dar al primero un sentido m�s activo y menos terminado, “la volici�n” o “el querer”, intentan abarcar el observable acto de querer algo, frente a la mera voluntad de sentido tan ambiguo en espa�ol. Por otro lado se ha sustituido “Fantas�a moral” por “Imaginaci�n moral”, hay razones no solo en el espa�ol, para ello: Georg Adams, Owen Barfield y otros apuntaron a ese cambio tambi�n en la versi�n inglesa pues “Phantasie” en alem�n no tiene la connotaci�n de ensue�o que tiene “Fantasy” en ingl�s o la que tiene “fantas�a” en espa�ol, las primeras traducciones inglesas llevaron “Moral Fantasy”, pero cuanto m�s se profundiz� en la obra de Steiner, tambi�n decidi� cambiarse, (Michael Wilson para Rudolf Steiner Press en 1964 explica razones de este tipo) pues “Phantasie und Imagination” en alem�n son totalmente sin�nimos y la cultura centroeuropea, por tradici�n no ve como en la inglesa o la latina un mundo fantasioso de ensue�o, lo aprehende con las alas de una imaginaci�n m�s creadora, nosotros o los anglosajones tenemos una connotaci�n mucho m�s “alucin�gena”. En obras posteriores de Steiner se desarrolla esa captaci�n imaginativa como una etapa de conocimiento espiritual, as�, “Imaginaci�n”, coincide en sus definiciones y contextos con aquellas que vinieron m�s tarde en la construcci�n de la Antroposof�a.

Se incluye un peque�o comentario al final del cap. VII, se ha cre�do conveniente incluirlo por dos afirmaciones sobre la f�sica de finales del XIX, una en el texto original y otra en la ampliaci�n de 1918, aparentemente parecen ambiguas, pueden bien, ser mal interpretadas por gente con afinidad al pensamiento cient�fico. En esa �poca se derrumb� completamente la mec�nica cl�sica. En 1894, cuando Steiner habla de la f�sica antigua y en 1918 cuando habla de electromagnetismo y campos, se ha producido en poco m�s de 20 a�os una revoluci�n sin precedentes en las ciencias, solamente comparable a la revoluci�n copernicana.

Ello dio lugar al nacimiento de la teor�a de la relatividad y a la mec�nica cu�ntica, �stas, se sumaron as� en el campo de las ciencias a una nueva cosmovisi�n que Steiner analiza desde el punto de vista de esta Filosof�a de la Libertad en una obra posterior: “Los Enigmas de la Filosof�a”, una nueva visi�n que tanto influy� tambi�n en otros campos de la vida art�stica y cultural. Desde Mahler a Sch�nberg o Alban Berg en m�sica, desde Kandinsky o Joseph Beuys en artes pl�sticas hasta Michael Ende, Albert Schweitzer o Cousteau, y muchos otros. Parece que los baches pasados por la civilizaci�n occidental en el siglo m�s sangriento de nuestra historia comienzan a desvanecerse y nos vamos despertando del sue�o a que nos llevaron los acontecimientos.

Ahora que una nueva visi�n introspectiva vuelve a sacudir la vida cient�fica y cultural, esta Filosof�a de la Libertad es sin duda una actualidad en el campo de la evoluci�n de la consciencia.

Antonio Aretxabala

Pamplona, septiembre de 1999